domingo, 7 de noviembre de 2010

ANALOGÍAS.

Analogía

Es la relación de semejanza entre cosas diferentes. Las analogías están destinadas
determinar la capacidad del alumno para identificar la relación que guardan entre sí dos
términos Bases o Claves y encontrar en el grupo de las alternativas la que tenga la misma
relación propuesta.

El número de las analogías es infinito y por lo tanto, el razonar es diferente en cada tipo.

Subraya la respuesta correcta:
1. .... es a IMAGEN como RADIO es a:
a) televisión – sonido b) fotografía – palabras
c) fotografía – sonido d) televisión – locutor
2... es a POESIA como NOVELISTA es a :
a) verso – ensayo b) poeta – novela
c) poeta – aventuras d) verso – novela
3.... es a PALABRAS como PARTITURA es a:
a) letras – notas b) pauta – pentagrama
c) libro – notas d) ritmo – música
4. Rey es a corona, como bandera es a:

a) Himno b) escudo c) moneda d) espada.


5. Hoja es a árbol, como brazo es a:

a) Mano b) corazón c) cuerpo d) pierna.


6. Sillón es a mueble, como ojal es a:

a) Coser b) camisa c) arbusto d) bosque.


7. Partitura es a música, como flexionar es a:
a) extender b) doblar c) girar d) movimiento.
8. Payaso es a circo, como Estado es a:

a) Nación b) municipio c) barrio d) colonia.


9. Frijol es a leguminosa, como lechuga es a:

a) Legumbre b) verdura c) cereal d) fruta.


10. Papel es a árbol, como plástico es a:

a) Contaminación b) vaso c) hule d) petróleo.


11. Luto es a negro, como precaución es a:

a) Alto b) amarillo c) siga d) rojo.


12. Dos es a número, como “S” es a:

a) Vocal b) cruz c) letra d) incógnita.


13. Actuar es a teatro, como pintura es a:

a) Galería b) mercado c) maquillaje d) cuadro.


14. Palabra es a texto, como número es a:

a) Suma b) cuenta c) varios d) cantidad.


15. Timbre es a sonido, como pigmento es a:

a) Color b) agudo c) sombra d) grave.


16. Agua es a inundación, como fuego es a:

a) Lumbre b) incendio c) rojo d) calor.


17. ALABANZA es a TEMOR como LOA es a :
a) alabanza b) aprobación c) respeto d) educación
18. ALTO es a DEPORTE como BAJO es a :
a) natación b) inactividad c) actividad d) tranquilidad
19. VERDE es a HIERBA como AMARILLO es a:
a) papel b) plátano c) árbol d) libro
20. LAVAR es a ENSUCIAR como PARTICIPACIÓN es a:
a) implicación b) asociación c) intervención d) inhibición

El ruiseñor y la rosa

El ruiseñor y la rosa
[Cuento. Texto completo]
Oscar Wilde
-Dijo que bailaría conmigo si le llevaba una rosa roja -se lamentaba el joven estudiante-, pero no hay una solo rosa roja en todo mi jardín.
Desde su nido de la encina, oyóle el ruiseñor. Miró por entre las hojas asombrado.
-¡No hay ni una rosa roja en todo mi jardín! -gritaba el estudiante.
Y sus bellos ojos se llenaron de llanto.
-¡Ah, de qué cosa más insignificante depende la felicidad! He leído cuanto han escrito los sabios; poseo todos los secretos de la filosofía y encuentro mi vida destrozada por carecer de una rosa roja.
-He aquí, por fin, el verdadero enamorado -dijo el ruiseñor-. Le he cantado todas las noches, aún sin conocerlo; todas las noches les cuento su historia a las estrellas, y ahora lo veo. Su cabellera es oscura como la flor del jacinto y sus labios rojos como la rosa que desea; pero la pasión lo ha puesto pálido como el marfil y el dolor ha sellado su frente.
-El príncipe da un baile mañana por la noche -murmuraba el joven estudiante-, y mi amada asistirá a la fiesta. Si le llevo una rosa roja, bailará conmigo hasta el amanecer. Si le llevo una rosa roja, la tendré en mis brazos, reclinará su cabeza sobre mi hombro y su mano estrechará la mía. Pero no hay rosas rojas en mi jardín. Por lo tanto, tendré que estar solo y no me hará ningún caso. No se fijará en mí para nada y se destrozará mi corazón.
-He aquí el verdadero enamorado -dijo el ruiseñor-. Sufre todo lo que yo canto: todo lo que es alegría para mí es pena para él. Realmente el amor es algo maravilloso: es más bello que las esmeraldas y más raro que los finos ópalos. Perlas y rubíes no pueden pagarlo porque no se halla expuesto en el mercado. No puede uno comprarlo al vendedor ni ponerlo en una balanza para adquirirlo a peso de oro.
-Los músicos estarán en su estrado -decía el joven estudiante-. Tocarán sus instrumentos de cuerda y mi adorada bailará a los sones del arpa y del violín. Bailará tan vaporosamente que su pie no tocará el suelo, y los cortesanos con sus alegres atavíos la rodearán solícitos; pero conmigo no bailará, porque no tengo rosas rojas que darle.
Y dejándose caer en el césped, se cubría la cara con las manos y lloraba.
-¿Por qué llora? -preguntó la lagartija verde, correteando cerca de él, con la cola levantada.
-Si, ¿por qué? -decía una mariposa que revoloteaba persiguiendo un rayo de sol.
-Eso digo yo, ¿por qué? -murmuró una margarita a su vecina, con una vocecilla tenue.
-Llora por una rosa roja.
-¿Por una rosa roja? ¡Qué tontería!
Y la lagartija, que era algo cínica, se echo a reír con todas sus ganas.
Pero el ruiseñor, que comprendía el secreto de la pena del estudiante, permaneció silencioso en la encina, reflexionando sobre el misterio del amor.
De pronto desplegó sus alas oscuras y emprendió el vuelo.
Pasó por el bosque como una sombra, y como una sombra atravesó el jardín.
En el centro del prado se levantaba un hermoso rosal, y al verle, voló hacia él y se posó sobre una ramita.
-Dame una rosa roja -le gritó -, y te cantaré mis canciones más dulces.
Pero el rosal meneó la cabeza.
-Mis rosas son blancas -contestó-, blancas como la espuma del mar, más blancas que la nieve de la montaña. Ve en busca del hermano mío que crece alrededor del viejo reloj de sol y quizá el te dé lo que quieres.
Entonces el ruiseñor voló al rosal que crecía entorno del viejo reloj de sol.
-Dame una rosa roja -le gritó -, y te cantaré mis canciones más dulces.
Pero el rosal meneó la cabeza.
-Mis rosas son amarillas -respondió-, tan amarillas como los cabellos de las sirenas que se sientan sobre un tronco de árbol, más amarillas que el narciso que florece en los prados antes de que llegue el segador con la hoz. Ve en busca de mi hermano, el que crece debajo de la ventana del estudiante, y quizá el te dé lo que quieres.
Entonces el ruiseñor voló al rosal que crecía debajo de la ventana del estudiante.
-Dame una rosa roja -le gritó-, y te cantaré mis canciones más dulces.
Pero el arbusto meneó la cabeza.
-Mis rosas son rojas -respondió-, tan rojas como las patas de las palomas, más rojas que los grandes abanicos de coral que el océano mece en sus abismos; pero el invierno ha helado mis venas, la escarcha ha marchitado mis botones, el huracán ha partido mis ramas, y no tendré más rosas este año.
-No necesito más que una rosa roja -gritó el ruiseñor-, una sola rosa roja. ¿No hay ningún medio para que yo la consiga?
-Hay un medio -respondió el rosal-, pero es tan terrible que no me atrevo a decírtelo.
-Dímelo -contestó el ruiseñor-. No soy miedoso.
-Si necesitas una rosa roja -dijo el rosal -, tienes que hacerla con notas de música al claro de luna y teñirla con sangre de tu propio corazón. Cantarás para mí con el pecho apoyado en mis espinas. Cantarás para mí durante toda la noche y las espinas te atravesarán el corazón: la sangre de tu vida correrá por mis venas y se convertirá en sangre mía.
-La muerte es un buen precio por una rosa roja -replicó el ruiseñor-, y todo el mundo ama la vida. Es grato posarse en el bosque verdeante y mirar al sol en su carro de oro y a la luna en su carro de perlas. Suave es el aroma de los nobles espinos. Dulces son las campanillas que se esconden en el valle y los brezos que cubren la colina. Sin embargo, el amor es mejor que la vida. ¿Y qué es el corazón de un pájaro comparado con el de un hombre?
Entonces desplegó sus alas obscuras y emprendió el vuelo. Pasó por el jardín como una sombra y como una sombra cruzó el bosque.
El joven estudiante permanecía tendido sobre el césped allí donde el ruiseñor lo dejó y las lágrimas no se habían secado aún en sus bellos ojos.
-Sé feliz -le gritó el ruiseñor-, sé feliz; tendrás tu rosa roja. La crearé con notas de música al claro de luna y la teñiré con la sangre de mi propio corazón. Lo único que te pido, en cambio, es que seas un verdadero enamorado, porque el amor es más sabio que la filosofía, aunque ésta sea sabia; más fuerte que el poder, por fuerte que éste lo sea. Sus alas son color de fuego y su cuerpo color de llama; sus labios son dulces como la miel y su hálito es como el incienso.
El estudiante levantó los ojos del césped y prestó atención; pero no pudo comprender lo que le decía el ruiseñor, pues sólo sabía las cosas que están escritas en los libros.
Pero la encina lo comprendió y se puso triste, porque amaba mucho al ruiseñor que había construido su nido en sus ramas.
-Cántame la última canción -murmuró-. ¡Me quedaré tan triste cuando te vayas!
Entonces el ruiseñor cantó para la encina, y su voz era como el agua que ríe en una fuente argentina.
Al terminar la canción, el estudiante se levantó, sacando al mismo tiempo su cuaderno de notas y su lápiz.
"El ruiseñor -se decía paseándose por la alameda-, el ruiseñor posee una belleza innegable, ¿pero siente? Me temo que no. Después de todo, es como muchos artistas: puro estilo, exento de sinceridad. No se sacrifica por los demás. No piensa más que en la música y en el arte; como todo el mundo sabe, es egoísta. Ciertamente, no puede negarse que su garganta tiene notas bellísimas. ¿Qué lástima que todo eso no tenga sentido alguno, que no persiga ningún fin práctico!"
Y volviendo a su habitación, se acostó sobre su jergoncillo y se puso a pensar en su adorada.
Al poco rato se quedo dormido.
Y cuando la luna brillaba en los cielos, el ruiseñor voló al rosal y colocó su pecho contra las espinas.
Y toda la noche cantó con el pecho apoyado sobre las espinas, y la fría luna de cristal se detuvo y estuvo escuchando toda la noche.
Cantó durante toda la noche, y las espinas penetraron cada vez más en su pecho, y la sangre de su vida fluía de su pecho.
Al principio cantó el nacimiento del amor en el corazón de un joven y de una muchacha, y sobre la rama más alta del rosal floreció una rosa maravillosa, pétalo tras pétalo, canción tras canción.
Primero era pálida como la bruma que flota sobre el río, pálida como los pies de la mañana y argentada como las alas de la aurora.
La rosa que florecía sobre la rama más alta del rosal parecía la sombra de una rosa en un espejo de plata, la sombra de la rosa en un lago.
Pero el rosal gritó al ruiseñor que se apretase más contra las espinas.
-Apriétate más, ruiseñorcito -le decía-, o llegará el día antes de que la rosa esté terminada.
Entonces el ruiseñor se apretó más contra las espinas y su canto fluyó más sonoro, porque cantaba el nacimiento de la pasión en el alma de un hombre y de una virgen.
Y un delicado rubor apareció sobre los pétalos de la rosa, lo mismo que enrojece la cara de un enamorado que besa los labios de su prometida.
Pero las espinas no habían llegado aún al corazón del ruiseñor; por eso el corazón de la rosa seguía blanco: porque sólo la sangre de un ruiseñor puede colorear el corazón de una rosa.
Y el rosal gritó al ruiseñor que se apretase más contra las espinas.
-Apriétate más, ruiseñorcito -le decía-, o llegará el día antes de que la rosa esté terminada.
Entonces el ruiseñor se apretó aún más contra las espinas, y las espinas tocaron su corazón y él sintió en su interior un cruel tormento de dolor.
Cuanto más acerbo era su dolor, más impetuoso salía su canto, porque cantaba el amor sublimado por la muerte, el amor que no termina en la tumba.
Y la rosa maravillosa enrojeció como las rosas de Bengala. Purpúreo era el color de los pétalos y purpúreo como un rubí era su corazón.
Pero la voz del ruiseñor desfalleció. Sus breves alas empezaron a batir y una nube se extendió sobre sus ojos.
Su canto se fue debilitando cada vez más. Sintió que algo se le ahogaba en la garganta.
Entonces su canto tuvo un último destello. La blanca luna le oyó y olvidándose de la aurora se detuvo en el cielo.
La rosa roja le oyó; tembló toda ella de arrobamiento y abrió sus pétalos al aire frío del alba.
El eco le condujo hacia su caverna purpúrea de las colinas, despertando de sus sueños a los rebaños dormidos.
El canto flotó entre los cañaverales del río, que llevaron su mensaje al mar.
-Mira, mira -gritó el rosal-, ya está terminada la rosa.
Pero el ruiseñor no respondió; yacía muerto sobre las altas hierbas, con el corazón traspasado de espinas.
A medio día el estudiante abrió su ventana y miró hacia afuera.
-¡Qué extraña buena suerte! -exclamó-. ¡He aquí una rosa roja! No he visto rosa semejante en toda vida. Es tan bella que estoy seguro de que debe tener en latín un nombre muy enrevesado.
E inclinándose, la cogió.
Inmediatamente se puso el sombrero y corrió a casa del profesor, llevando en su mano la rosa.
La hija del profesor estaba sentada a la puerta. Devanaba seda azul sobre un carrete, con un perrito echado a sus pies.
-Dijiste que bailarías conmigo si te traía una rosa roja -le dijo el estudiante-. He aquí la rosa más roja del mundo. Esta noche la prenderás cerca de tu corazón, y cuando bailemos juntos, ella te dirá cuanto te quiero.
Pero la joven frunció las cejas.
-Temo que esta rosa no armonice bien con mi vestido -respondió-. Además, el sobrino del chambelán me ha enviado varias joyas de verdad, y ya se sabe que las joyas cuestan más que las flores.
-¡Oh, qué ingrata eres! -dijo el estudiante lleno de cólera.
Y tiró la rosa al arroyo.
Un pesado carro la aplastó.
-¡Ingrato! -dijo la joven-. Te diré que te portas como un grosero; y después de todo, ¿qué eres? Un simple estudiante. ¡Bah! No creo que puedas tener nunca hebillas de plata en los zapatos como las del sobrino del chambelán.
Y levantándose de su silla, se metió en su casa.
"¡Qué tontería es el amor! -se decía el estudiante a su regreso-. No es ni la mitad de útil que la lógica, porque no puede probar nada; habla siempre de cosas que no sucederán y hace creer a la gente cosas que no son ciertas. Realmente, no es nada práctico, y como en nuestra época todo estriba en ser práctico, voy a volver a la filosofía y al estudio de la metafísica."
Y dicho esto, el estudiante, una vez en su habitación, abrió un gran libro polvoriento y se puso a leer.


NOTA: LECTURA Y REPORTE DE LA MISMA. (semana del 7 al 13 de noviembre de 2010.)

domingo, 10 de octubre de 2010

El zar y la camisa

“EL ZAR Y LA CAMISA”
León Tolstoi.


Un zar, hallándose enfermo, dijo:
--¡Daré la mitad de mi reino a quien me cure!
Entonces todos los sabios se reunieron y celebraron una junta para curar al zar, mas no encontraron medio alguno.
Uno de ellos, sin embargo, declaró que era posible curar al zar. --Si sobre la tierra se encuentra un hombre feliz --dijo--, quítesele la camisa y que se la ponga el zar, con lo que éste será curado.
El zar hizo buscar en su reino a un hombre feliz. Los enviados del soberano se esparcieron por todo el reino, mas no pudieron descubrir a un hombre feliz. No encontraron un hombre contento con su suerte.
El uno era rico, pero estaba enfermo; el otro gozaba de salud, pero era pobre; aquél, rico y sano, quejábase de su mujer; éste de sus hijos; todos deseaban algo. Cierta noche, muy tarde, el hijo del zar, al pasar frente a una pobre choza, oyó que alguien exclamaba:
--Gracias a Dios he trabajado y he comido bien. ¿Qué me falta? El hijo del zar sintióse lleno de alegría; inmediatamente mandó que le llevaran la camisa de aquel hombre, a quien en cambio había de darse cuánto dinero exigiera. Los enviados presentáronse a toda prisa en la casa de aquel hombre para quitarle la camisa; pero el hombre feliz era tan pobre que no tenía camisa.

Ejercicio:
Contesta las siguientes preguntas:
1. ¿De qué trata la lectura?
2. ¿Qué relación tiene el título con el desarrollo de la historia?
3. ¿El lenguaje utilizado es adecuado? Justifica tu respuesta.
4. ¿Qué otro final le darías a la historia?
5. Menciona los valores que se manifiestan después de lo leído.


NOTA: ESTE EJERCICIO, CORRESPONDE A LA SEMANA DEL 16 AL 22 DE OCTUBRE DE 2010.

Leyenda de amor

LEYENDA DE AMOR

Hace ya miles de años, Iztaccíhuatl fue la princesa más parecida a una flor. Que de, la tribu de los viejos caciques del más gentil capitán se enamoro. El padre augustamente abrió los labios y díjole al capitán seductor que si tornaba un día con la cabeza del cacique enemigo clavada en su lanzón encontraría preparados, a un tiempo, el festín del triunfo y el lecho de su amor. Y Popocatépetl fuese a la guerra con esa esperanza en el corazón: domo las rebeldías de las selvas obstinadas, el motín de los riscos, contra su paso vencedor, la osadía desempeñada de los torrentes, la asechanza de los pantanos en traición; y contra cientos y cientos de soldados por años de años combatió.
Al fin torno a la tribu y la cabeza del cacique enemigo en su lanzón sangraba. Hallo el festín de su triunfo preparado pero no así el lecho de su amor en vez de lecho, encontró el túmulo en que su novia dormida bajo el sol, esperaba en su frente el póstumo beso de la boca que nunca en su vida la beso.
Y Popocatépetl quebró en su rodilla el haz de las flechas; y, en una sorda voz, conjuro las sombras de sus antepasados, contra las crueldades de su imposible dios.
En la vida suya, muy suya porque contra la muerte la gano, tenía la riqueza, el poderío, pero no-tenía el amor... Entonces hizo que 20 mil esclavos alzaran un gran túmulo ante el sol; amontono diez cumbres en una escalinata como de alucinación; tomo en sus brazos a la mujer amada, y el mismo sobre el túmulo la coloco, luego encendió una antorcha y, para siempre, quedose en pie alumbrando el sarcófago de su dolor.
Duerme en paz Iztaccíhuatl; nunca los tiempos borraran los perfiles de tu expresión. Vela en paz, Popocatépetl; nunca los huracanes apagaran la antorcha eterna como el amor.


Ejercicio:
Realiza una reseña sobre la lectura.

domingo, 3 de octubre de 2010

Lectura "Amor indio, el águila y el halcón"

Traducción: Fedro Guillén.

AMOR INDIO EL ÁGUILA Y EL HALCÓN

Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.
- Nos amamos – empezó el joven
- Y nos vamos a casar – dijo ella
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo. Queremos un hechizo, un conjuro, un talismán. Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos. Que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar a Manitú el día de la muerte.
- Por favor – repitieron – ¿hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó de verlos tan jóvenes, tan enamorados, tan anhelantes esperando su palabra.
- Hay algo…- dijo el viejo después de una larga pausa – Pero no sé…es una tarea muy difícil y sacrificada.
- No importa – dijeron los dos – Lo que sea – ratificó Toro Bravo
- Bien – dijo el brujo – Nube Alta, ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, y deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de la luna llena. ¿Comprendiste?
La joven asintió en silencio.
- Y tú, Toro Bravo – siguió el brujo – deberás escalar la montaña del trueno; cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas y, solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Alta…salgan ahora!.
Los jóvenes se miraron con ternura y después de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur….
El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Los jóvenes lo hicieron y expusieron ante la aprobación del viejo las aves cazadas.
Eran verdaderamente hermosos ejemplares, sin duda lo mejor de su estirpe.
- ¿Volaban alto?- preguntó el brujo
- Si, sin dudas. Como lo pediste… ¿y ahora? -preguntó el joven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?
- No – dijo el viejo
- Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne – propuso la joven.
- No – repitió el viejo. Harán lo que les digo: Tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero…Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.
El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros. El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero solo consiguieron revolcarse en el piso.
Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre si hasta lastimarse.

NOTA:
Ejercicio:
Hacer una comparación, proporcionando argumentos.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Felicidades!!!

Felicidades a todos los que se han inscrito al blog, ya revisé los comentarios, algunos como que les cuesta escribir y opinar, hay que hacerlo chicos. Debemos leer y argumentar.

Terminamos un parcial y vamos por más.

Éxito en los exámenes y nos vemos por aqui, sale...

domingo, 5 de septiembre de 2010

Ortografía

I.- Las siguientes frases no tienen puntuación. Coloque los signos correspondientes.


1. Los mares las selvas los montes los ríos y el firmamento son como el adorno del escenario del mundo
2. Luis y Pedro que son amigos por su profesión se odian en silencio
3. Escribiré a su padre pues usted me lo ruega
4. Insistió tanto que no hubo más remedio que atenderle
5. Antes de que lleguen los exámenes tendremos que estudiar y repasar lo ya estudiado
6. Madrid la capital es una ciudad muy grande
7. Expresó sus ideas con orden pero no las apoyó suficientemente
8. Mis amigos una vez comprada la casa se instalaron en ella
9. Yo si me lo proponen lo acepto
10. La mona aunque se vista de seda mona se queda


II. Lee lo siguiente y posteriormente, realiza otro ejemplo con cada uno de los presentes.

Presente actual: Indica que la acción coincide con el momento en que se habla o se escribe
Ejemplo: Estudia la lección.

Presente habitual: Indica acción que ocurre habitualmente.
Ejemplo: Siempre estudia para sus exámenes.

Presente durativo: Indica que la acción que ocurre cuando se habla o se escribe también sucedía antes y seguirá sucediendo después.
Ejemplo: Por aquí pasa el autobús de la escuela.

Presente gnómico: Se utiliza en refranes, sentencias, definiciones, para indicar que suceden en cualquier tiempo pasado, presente o futuro.
Ejemplo: En verano hace mucho calor.

Presente histórico: Tiempo de gran valor literario porque actualiza los hechos pasados convirtiéndolos en presentes para el lector, aproximándolo a la escena que se narra.

Presente conativo: Expresa una acción pasada que estuvo a punto de producirse.
Ejemplo: Por poco nos quedamos allí.

Presente por futuro (perífrasis verbal): Mañana voy al cine (iré)